Holaaaaa.
Quiero empezar contándoles que estoy muy emocionada de empezar esto, y a la vez aterrada. No se quien me va a leer, pero si se que sabrán quien les escriba y me pone un poco nerviosa, tengo miedo de que en algún momento lo que escriba llegue con un mensaje incorrecto, o no se entienda lo que quiero decir, pero les prometo que trataré de juntar mis pensamientos de la mejor manera para expresártelos en este formato.
Dicho esto, quiero también mencionar que todo lo que diga en este espacio es mío, es sólo yo abriéndome contigo como si fueras mi mejor amiga y estuviéramos en mi cuarto, acostadas en mi cama hablando de la vida. No siempre estaré diciendo algo certero y jamás será la verdad absoluta, es sólo mi punto de vista, desde mi experiencia, así que no lo tomes a mal. Toma lo que te sirva y lo demás déjalo pasar. Si quieres expresarme lo que piensas estaré encantada de recibir una carta tuya con amor y respeto.
Ahora si, ya quitándome el peso de encima y el miedo que cargo, te quiero dar un abrazooooo a la distancia y decirte GRACIAS por dejarme entrar a tu vida por medio de estas cartas, se qué el formato puede parecer formal pero siento que también es íntimo y emocionante así como cuando antes se enviaban cartas y saltaban de las ansías por que llegara, pero temblaban las piernas por imaginar que mensaje habría dentro.
Yo estoy aquí el último domingo de febrero, sentada con los pies para arriba, sintiendo como la brisa me lleva hasta los pensamientos, y me quita cualquier preocupación que pude tener esta semana. Disfrutando como pasa el día de lento, pero pensando qué haré desde mañana. Hoy quiero hablarte de cambios y nuevos comienzos, no pensaba hablar sobre algo personal en esta carta, pero creo que la brisa me dice al oído que ya lo escriba para no cargarlo encima.
En mi trabajo mi contrato sale cada año en marzo, y finaliza en diciembre. Así que, estaba desde diciembre esperando esta semana para que me renovaran el contrato, pero justo el lunes, a una semana de empezar a trabajar, nos dicen que el contrato se hizo para alguien más (así es trabajar en el gobierno, en mi país… no tener ninguna pizca de estabilidad laboral) y obvio, me pegó la noticia, me lleno de enojo y frustración, porque nos tenían la cara de ****. Y sinceramente, más que la parte monetaria que es super necesaria, yo de verdad amaba mi trabajo y me dolió en el alma recibir esa noticia.
Pero así es la vida, y la verdad después de procesarlo (llorar, enojarme, comer helado, desahogarme, escribir) hice cosas para calmarme (hice un viaje, ejercicio, me distraje con mi novio), me puse a reflexionar y no sé, pero yo creo que todo pasa por algo, nada es casualidad, ni suerte ni mala suerte, para mí Dios permite que las cosas buenas y malas pasen por algo, en el momento tal vez no entendemos pero luego nos damos cuenta.
Y yo me di cuenta, o tengo la sensación que esto fue para que tomará acción, en cosas que tengo como hobbies, y que llevo postergando por mucho tiempo, por miedo a que no salgan cómo yo espero. Así que tome la decisión de continuarlas, de desarrollarlas y de trabajar para mí, para poder ver mis sueños cumplir.
Ya que llevaba semanas procrastinando esos proyectos y la verdad estoy orgullosa de mí por avanzar; incluso les confieso que ya me estaba hasta sintiendo mal y perdedora por no hacerlo y sólo me estaba boicotearme mentalmente, pero dije basta porque aunque esta bien tomarse un tiempo de vez en cuando, hay una delgada línea entre el descansar y el webiar, y yo sabia que estaba webiando ( para los que nos saben que es webiar, es como vagear de vagancia) y la verdad eso ya me estaba afectando porque me estaba haciendo daño emocional a mi autoestima, sentía ¿para que hacerlo? ¿para que seguir? ¡No sirvo para eso! Mejor pospongo ese sueño… Y créanme, que difícil es salir cuando estamos metido en la tormenta, por eso debemos saber identificar cuando esta empezando a llover y no dejar que nos atrape, porque queridx a veces no nos suelta es como si tuviera vida propia, pero todo esta en nuestra mente.
Y lo sé, es muy difícil porque que rico es la zona de confort, que agradable y cómoda, sin preocuparte ni estresarte, pero déjame decirte que luego de un tiempo ese cuerpo tirado en el confort empieza a apestar y cuando estamos así es difícil levantarse, quitarse la peste, los kilos, los pensamientos negativos y las creencias limitantes.
Por eso es mejor echarse pero volver a levantarse porque si nos se nos pega cuerpo, el alma empieza a incomodarse. Créeme, así me sentía que mi alma decía YA PÁRATE, AVANZA y mi cuerpo me pedía otro episodio de Netflix. Con decirte que pase dos días sin bañarme y no me había dado cuenta, hasta ese momento reconocí que estaba pegada al confort.
Pero bueno hoy te voy a dar la receta para el cambio:
Primero, levántate y métete al baño. Límpiate toda esa pereza, ese miedo de accionar, los pensamientos negativos y limitantes.
Segundo, mírate al espejo y háblate sincero. Suena ridículo, pero funciona, trátate como si fueras esa amiga a la que siempre le das consejos. Sé realista y también empática, di tus verdades y pregúntate la solución, luego motívate, vuélvete tu mejor cheerleader, y recuerda que dentro tuyo esta la mejor maestra. A veces, buscamos las respuestas y soluciones fuera, pero siempre están dentro muy dentro.
Y por último, ACCIONA. En este momento vas a planificar todo lo que harás, pero no te quedes en el plan, tienes que implementarlo, si te equivocas, ajusta y vuelve a experimentar, hasta que encuentres la solución, logres tus objetivos y completes la meta final. Pero todo el tiempo acciona, con pasos pequeños, otras veces saltos grandes, mantente siempre accionando, en el movimiento vas a encontrar tu ritmo ideal. Pero si no te mueves, te puedes petrificar. Y no queremos eso, verdad?
Quiero mencionar, que el ritmo puede ser rápido por temporadas, otras veces normal, e incluso lento pero contante. No importa el ritmo que lleves, o el que necesites en el momento, pero siempre mantente moviendo, tomando acción para que sigas el camino. Porque puedes ser una carreta o un tesla, un barco a vapor o SAY 29E (barco eléctrico más rápido del mundo), un SR-71 Blackbird o Boeing 747. Pero, lo que importa es llegar al destino, no importa el tiempo que te lleve, lo que importa es que llegues.
Así que mis amores, sigan moviéndose contra viento o marea. Eso es lo que necesitamos este 2021, que a veces se siente como 2020.
Y me pongo a pensar que tengo tantos proyectos en mi mente, tantas ganas de volverlos realidad pero también tenía un miedo, que estaba camuflado, de ya tengo trabajo y no tengo tiempo para más en el plato. Y hace una semana esa gran mentira que tenía en la cabeza, se ha evaporado.
¿Cuántas no tienen un montón de sueños? ¿Cuántas sienten que el miedo las detiene? ¿Cuántas mentiras te estás diciendo? Identifícalas, empieza a eliminarlas y actúa.
Por eso estoy aquí, escribiéndote desde el patio rodeada de árboles, escuchando a los pajaritos y la brisa que me abraza por detrás. Empezando este proyecto que soñé desde los 12 y se llama quiero ser escritora.
Por ello espero que me acompañes en este nuevo comienzo que empieza HOY. No sé qué será, no sé cuanto dure, no sé cómo acabe, ni a donde me llevé, sólo se cuando empieza y porqué. Y quiero hacerte parte de esto, que crezcamos juntxs, disfrutemos de la vida, reflexionemos para proyectar el futuro y los sueños que se cumplirán.
Te mando un abrazo hasta donde estés y espero que hoy recargues las pilas para mañana empezar el mes con la mejor energía.
Con amor,
Elizabeth.